Por Bogotá también pasó la guerra. Y pasó no solamente por los miles de desplazados que llegaron de distintas regiones del país, sino también porque su localidad número 20, Sumapaz, sirvió de corredor para la extinta guerrilla de las Farc hacia sus emblemáticos campamentos de La Caucha o Casa Verde, a través de los senderos aún poco conocidos del cañón del río Duda que conectan esa región con La Uribe, en el Meta. Caminos por los que se movieron con tranquilidad comandantes de esa guerrilla, Manuel Marulanda Vélez entre ellos, a pesar de su cercanía con el centro del poder político nacional en la Plaza de Bolívar.
Con la premisa de que esa zona de la ciudad sintió con crudeza los embates del conflicto armado, deberá sentir ahora los beneficios de la firma del Acuerdo de Paz. Con la aprobación, el pasado domingo, por parte de la plenaria del Concejo de Bogotá del Plan de Desarrollo Distrital, de la alcaldesa Claudia López, la iniciativa allí incluida de implementar dos Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET) también vio la luz. Uno de ellos se desarrollará en Sumapaz y el otro en las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar, en límites con el municipio de Soacha. Una figura nacida del Acuerdo Final de La Habana y, por lo tanto, la primera apuesta explícita por aterrizar este pacto de paz en la capital del país.
Los PDET son una herramienta creada en el primer punto del Acuerdo, el de la Reforma Rural Integral, para priorizar el desarrollo participativo de las regiones del país más afectadas por el conflicto armado, el abandono institucional, la pobreza y la presencia de cultivos de uso ilícito. Actualmente, estos programas recogen 170 municipios agrupados en 16 subregiones del país, como los Montes de María, el Catatumbo, el sur de Bolívar y el Urabá. ¿Por qué ahora en Bogotá? Para Vladimir Rodríguez, alto consejero distrital para las víctimas y quien está al frente de llevar a cabo esta iniciativa, se trata del compromiso asumido en Bogotá de implementar plenamente el Acuerdo de Paz, como una hoja de ruta clara para avanzar hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
PDET Sumapaz
Para el Sumapaz, el PDET llega como un respaldo al reconocimiento que han estado reclamando desde hace años: que esa población también es víctima de la guerra. “La comunidad valora muchísimo ese reconocimiento; el hecho de que la administración distrital ponga en evidencia que Sumapaz también fue zona de conflicto y que aquí hay víctimas. Nosotros en este momento estamos en proceso para que Sumapaz sea declarada como una víctima colectiva del conflicto armado”, contó Natalia Romero, actual edilesa de esa localidad.
Entre los asuntos históricos pendientes, que la comunidad espera que el PDET pueda resolver de una vez por todas, resaltan dos. El primero, que la pandemia por el coronavirus puso en evidencia la fragilidad que enfrentan los pequeños y medianos productores agropecuarios del Sumapaz, que han solicitado asistencia y acompañamiento técnico hace años. Solo a principios de este año, las heladas que se presentaron en la zona afectaron severamente la sostenibilidad económica de las familias campesinas que habitan esta localidad, la única de carácter completamente rural en Bogotá.
La expectativa es poder hacer el tránsito de la actividad agropecuaria tradicional a un trabajo del agro más sostenible y amigable con el medioambiente. Por ejemplo, empezar a producir de manera orgánica, pero contar con todo el acompañamiento necesario para ello. Así, poder convertir esta zona en la despensa y principal fuente de abastecimiento de Bogotá, abriendo el mercado de la ciudad a la comercialización y el fortalecimiento de la economía campesina.
El otro asunto es el de la tenencia y el uso de la tierra. El problema es sobre todo para las familias que habitan terrenos que están dentro de la delimitación del Parque Nacional Natural Sumapaz, que abarca casi el 60 % del territorio de esta localidad. Muchas de ellas viven allí desde antes de que se hiciera esa delimitación, en 1977, y en algunos casos tienen título de propiedad o, en otros, promesas de compraventa con las que reclaman derechos sobre esos predios. Pero al estar en ese territorio, las actividades agropecuarias que realizan van en contravía del uso del suelo y la reglamentación ambiental. “El miedo es que las terminen sacando. La gente lo que quiere es permanecer allí, aunque tengan que cambiar sus prácticas para conservar el ecosistema”, dijo la edilesa.
En todo caso, la formulación del PDET se hará de la mano entre la comunidad campesina de la zona y la institucionalidad, afirmó Vladimir Rodríguez. En ese sentido, se ajustó la metodología que se ha aplicado en otras regiones PDET al Sumapaz. La primera fase, en la que se está actualmente, es la del alistamiento institucional, en donde se harán las convocatorias para que todos los actores participen del proceso. Luego se iniciará la discusión participativa en las 28 veredas de la localidad, de donde saldrán los grupos motores y los pactos comunitarios veredales. Esos grupos llevarán dichos pactos al siguiente nivel, el de los tres corregimientos, para avanzar en su discusión y al final saldrá el documento final: el Plan de Acción para la Transformación Local (PATL) del Sumapaz.
Primer PDET urbano en el país
Hay elementos de sobra que llevaron a pensarse un PDET para las localidades de Bosa y Ciudad Bolívar, en límites con Soacha. En primer lugar, es una zona que presenta la mayor concentración de víctimas del conflicto en Bogotá: Bosa tiene 35.339 víctimas y Ciudad Bolívar, 38.775. A su vez, Soacha tiene más de 40 mil, según datos del Sistema de Información para las Víctimas del Conflicto en Bogotá. Igualmente, en estas localidades vive buena parte de los más de 5 mil excombatientes y desmovilizados de distintos grupos armados de los que se tiene registro en Bogotá. Solo de la extinta guerrilla de las Farc, en Bogotá viven poco más de 800 excombatientes, principalmente en localidades del sur de la ciudad, según datos del partido FARC.
Además de eso, si bien en esta zona evidentemente no ha habido cultivos de uso ilícito -uno de los criterios para priorizar regiones PDET-, sí hay una fuerte presencia de uno de los eslabones de la cadena del narcotráfico. “Cuando se habla de narcotráfico se piensa en el tema de los cultivos, pero acá estamos hablando de una necesidad de intervenir integralmente el consumo de drogas ilícitas, desde un enfoque de salud pública, tal como está contemplado en el punto 4 del Acuerdo de Paz”, aseveró el consejero Rodríguez.
Otro de los componentes específicos del PDET de Bosa y Ciudad Bolívar es el acceso y la formalización de predios. Se plantea avanzar en estrategias como la regularización de los asentamientos informales de población. Junto a una política de mejoramiento integral de barrios, el horizonte es aumentar el acceso a una vivienda digna y a servicios públicos.
Y al igual que sucede en otros municipios priorizados en los PDET, está contemplada también la formalización y actualización del catastro multipropósito, con el fin de obtener información sobre el tamaño, las características, el uso de los predios y sus formas de titulación. Ello contribuirá a mejorar el ordenamiento territorial de la ciudad para hacerlo más sostenible social, económica y ambientalmente.
Por la alta presencia de excombatientes que viven en esta zona, el PDET tendrá un importante componente de reincorporación social y económica para esa población. Igualmente, cuenta con un fuerte componente de memoria y construcción de paz, donde se realizará acompañamiento a las entidades del sistema de justicia transicional en el territorio.
Igual que en el caso del Sumapaz, la construcción de ese programa será participativa y tendrá una fase barrial, una zonal y la fase local. Así se irán recogiendo las necesidades identificadas por la comunidad, que quedarán finalmente contempladas en el Plan de Acción para la Transformación Local (PATL). En esta zona hay un reto adicional, y es que, según la Alerta Temprana 023 de 2019 de la Defensoría del Pueblo, parte del territorio de la localidad de Bosa tiene presencia de grupos armados sucesores del paramilitarismo, como las Autodefensas Gaitanistas, las Águilas Negras Bloque Capital o los Rastrojos comandos urbanos. Y eso, como en otras zonas PDET, puede poner en riesgo a líderes sociales.
Fuente: El Espectador. https://www.elespectador.com/colombia2020/pais/asi-seran-los-pdet-en-bogota-articulo-922508