“Desafortunadamente para muchas, las violencias se presentan en su propia vivienda, y tratan de no expresar lo que está pasando, entonces uno tiene que venderles esa información de la mejor manera para que ellas puedan confiar en uno, eso ha sido vital para que puedan pedir esa ayuda”, explicó Blanca Libia Porras, lideresa y gestora social de la localidad de Sumapaz.
Con el fin de evitar que las mujeres sigan teniendo ese temor a denunciar, Blanca camina de vereda en vereda haciendo pedagogía sobre la Ruta Integral de Atención de la Secretaría de la Mujer, que brinda apoyo jurídico y psicológico a las mujeres víctimas de violencia de género y violencia intrafamiliar.
En su labor de enseñar y buscar a las mujeres que necesitan los servicios de la Secretaría, Blanca se ha fortalecido como lideresa y ha reconocido su propia historia de violencia.
“Yo comienzo a empoderarme también, comienzo a aprender y a fortalecer a aquellas mujeres, porque no quiero que ellas sufran lo mismo que yo viví, esa soledad, sentir que no tenía quién me ayudara, entonces les transmito todo ese ese apoyo que se tiene con la Secretaría de la Mujer y con las Casas de Igualdad”, explicó Blanca.
Blanca habla con las mujeres y sus familias, visita sus casas, conoce sus problemas, y sobre todo, enseña. Ha desarrollado su propio método, en el que busca que sus encuentros, más que una clase, sean charlas amenas, en las que las mujeres puedan sentir confianza de hacer sus preguntas y contar sus historias.
“Busco la forma de que no sean monótonas, sino que sean diferentes. Si un día traté una violencia económica o física, en la otra llevo otro material de otro tipo de violencias, primero para que no sea cansón para ellas, segundo que no sea repetitivo y tercero, para que se les quede la información y también puedan interactuar y en determinado momento poder sacar lo que ellas tienen dentro”, dijo Blanca.
Y las clases no solo llegan a las mujeres, sino a los hombres, que poco a poco han decidido dejar atrás el machismo y han reconocido sus propias prácticas violentas.
“En un determinado momento a quienes fuimos a darles las capacitaciones sobre las violencias en contra de la mujer fue a los hombres, y muchos decían: ‘yo no sabía que eso era una violencia, yo no sabía que estaba violentando a mi pareja’, entonces creo que es un buen punto sensibilizar a los hombres”, afirmó.
Con este trabajo, Blanca ha desarrollado su pasión, que ha sido siempre el trabajo con la gente y no quedarse en un solo lugar: “Creo que es una de las experiencias más bonitas, de lo que más me ha aportado en mi vida, eso me cambió totalmente, hoy puedo decir que después de estar en este grupo de mujeres ya no soy la misma, hoy en día agradezco inmensamente esta oportunidad”, afirmó.
A sus 51 años Blanca quiere seguir trabajando por las mujeres de Sumapaz, a las que ella describe como humanas, solidarias y con muchas ganas de salir adelante juntas, en comunidad.
“A mi me llena tener ese contacto tan cercano con la gente y poder ayudarla, eso es lo más bonito y es mi mayor satisfacción”, puntualiza Blanca.
