El caso más palpable de esa nueva relación se evidenció este fin de semana con la firma del Pacto de SumaPaz, que suscribieron los mandatarios de Bogotá, Claudia López; Cundinamarca, Nicolás García; Boyacá, Ramiro Barragán; Meta, Juan Guillermo Zuluaga; Huila, Luis Enrique Dussán, y Tolima, José Ricardo Orozco. Un hecho sin antecedentes que fue posible gracias al esfuerzo de la RAP-E (Región Administrativa y de Planeación Especial) y la voluntad de los gobiernos regionales.
El pacto luce ambicioso pero realizable. Se trata de articular los planes de desarrollo de cada uno con el fin de velar por la protección del medioambiente, particularmente del agua, y hacerle frente al cambio climático. Cabe recordar que la región que comparten está conformada por un sistema de 17 páramos y exige garantizar la sustentabilidad y fortalecer la despensa alimentaria, todo como parte de los compromisos adquiridos de cara a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Llama la atención que en el pacto, Bogotá y los departamentos ya tienen una agenda de tareas comunes para sacar adelante, las cuales se enmarcan en un esquema de trabajo que prioriza la participación de la mujer, el respeto por las comunidades étnicas, la defensa de la paz y la identidad cultural a través del fomento del uso de la bici. Así, está previsto velar por la conservación de los páramos, formular y ejecutar un plan de seguridad hídrica, implementar un sistema de abastecimiento alimentario, hacer énfasis en la planeación de la infraestructura para mejorar la competitividad y abogar por el impulso de una agenda de integración territorial; una estrategia para la seguridad, la paz y la reconciliación nacional, al tiempo que, según el documento –suscrito a más de 3.700 metros de altura–, se trabajará en la creación de un observatorio regional.
Al acto no solo asistieron los seis firmantes, también las ocho corporaciones autónomas regionales –que siguen en deuda con el país, como lo dejó saber el presidente Duque en la reciente cumbre de gobernadores en Cartagena–, congresistas, concejales, diputados, alcaldes municipales y delegados del Gobierno, entre otros.
Como lo señalábamos, el pacto constituye un hecho histórico que ojalá no responda al calor de unos nuevos mandatos, sino a un acuerdo de voluntades sincero, genuino y de largo aliento, pues hablamos, en últimas, de proteger la vida. Un pacto que sirva de ejemplo a otras regiones en la idea de generar alianzas más allá de las diferencias políticas y más comprometidas en facilitar el progreso de las regiones sin arrasar sus recursos naturales ni su riqueza hídrica, apelando para ello, como dice el mismo pacto, a la cooperación, la solidaridad y el desarrollo.
EDITORIAL
editorial@eltiempo.com
Fuente: Editorial El Tiempo. https://www.eltiempo.com/opinion/editorial/el-pacto-de-sumapaz-editorial-de-el-tiempo-467928
