Cuando tenía tres añitos de vida, un virus atacó la médula espinal de Genaldo, afectando su sistema nervioso y provocándole una atrofia muscular. No fue mucho lo que don Vicente, su tío, pudo hacer cuando lo llevó al médico. El virus de la poliomielitis ya había hecho estragos en el sistema muscular de las extremidades inferiores del niño, quien no entendía lo que estaba ocurriendo.
Nuestro personaje tiene hoy tiene 60 años de edad y es una de las 408 personas de la Localidad de Sumapaz que, según la Secretaría de Salud, tienen alguna discapacidad; a ellos la administración del alcalde Enrique Peñalosa les ha hecho la vida un poco más amable.
A decir verdad, nunca han estado solos, como tampoco lo estarán. La Alcaldía Local de Sumapaz en este cuatrienio ha invertido cerca de 2 mil millones de pesos en proyectos que benefician población con discapacidad, y brindando ayudas como: colchones anti-escaras, cojines anti-escaras, kit cognitivo, sillas de ruedas entre otros. También han contado con profesionales en salud para procesos de recuperación.
Este gobierno no solo ha contribuido al bienestar de estos hombres, mujeres y niños desde lo técnico, también les ha procurado diversión de muy buena calidad. Por ejemplo, hace un par de meses, 100 personas incluidos niños viajaron a la ciudad de Medellín junto con sus acompañantes. En la capital Antioqueña estuvieron por cerca de 6 días. Ningún gobierno anterior había advertido tanto compromiso con esta población como lo ha hecho esta.
“Tras la muerte de mi madre, mis hermanos y yo fuimos a parar donde unos tíos. Fue una niñez muy difícil. La orfandad fue una experiencia muy dolorosa, no sé cómo fue que nos criamos, pero bendito sea Dios, aquí estamos”, cuenta mientras apoyado en unas muletas, recorre su pequeña granja desyerbando unas matas de maíz.
A Genaldo Villalba, la poliomielitis no lo pudo acabar, mucho menos la orfandad en la que creció en medio del frío del páramo de Sumapaz. Su limitación física no le ha impedido desarrollar actividades propias del campo: en su parcela de media fanegada tiene cultivos de arracacha, cubios, fresas, tallos, cebolla y maíz. Precisamente hace un par de meses el gobierno distrital le otorgó un premio por tener una granja productiva y sostenible.
“Dios bendiga a la alcaldesa Francy Liliana, esa mujer no ha hecho más que apersonarse de los discapacitados de la localidad. Nos han dado un trato digno como nos lo merecemos. Hoy contamos con la atención de los funcionarios de la Alcaldía. Ellos están pendientes de nosotros. ¡Mire no más! cogió a 10 niños y niñas con discapacidad y se los llevó para Mundo Aventura para que les hicieran equinoterapia. ¿Cuándo se había visto eso?”, pregunta.
Cuando ajustó 55 años de edad, determinó que tenía que terminar sus estudios secundarios. Su bachillerato lo hizo en el colegio Juan de la Cruz Varela, ubicado en la vereda La Unión.
Genaldo vive hoy una vida tranquila, alejada del bullicio. Esta es la historia de vida de un hombre a quien la poliomielitis no pudo acabar.
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